En secundaria tenía claro que me decantaría por la rama de ciencias de la salud, creo que como a todos los sanitarios, lo que más nos llena es ayudar al otro, pero no tenía claro 100% que camino escoger. Siempre me había gustado la fisioterapia pero simplemente porque me gustaba darle masajes a mi abuela y ella me decía que tenía buenas manos, pero no tenía mucha idea de qué iba realmente la fisioterapia.
Cuando terminé bachillerato no conseguí la nota para entrar, así que decidí hacer un técnico superior para luego poder acceder.
Tuve mis dudas pero me fuí informando en qué consistía ser fisioterapeuta y al final me decidí y empecé el Grado en Fisioterapia. Durante los 4 años nos van mostrando y enseñando las diferentes ramas que tiene la fisioterapia, pero hasta que no empecé las prácticas no supe qué me llamaba más la atención.
Me gustó mucho la experiencia en el hospital: ver multitud de patologías, pacientes que venían después de una intervención quirúrgica...
Cuando terminé estaba deseando empezar a trabajar y seguir formándome con diferentes cursos.
Trabajando me siguió llenando la fisioterapia traumatológica y también me fui dando cuenta lo importante que es el ejercicio terapéutico para tratar esas lesiones, y sobre todo escuchar a nuestros pacientes.
Por motivos laborales tuve que empezar a dar clases de Pilates y me sorprendió ver cómo me gustaba!
En resumen: lo que más me gusta de mi profesión es ver la evolución del paciente y su mejora de calidad de vida!